Como todos sabemos, una caldera es un sistema de calefacción de agua caliente destinado a mantener la temperatura agradable en nuestro hogar. En función de su funcionamiento, existen diversos tipos de calderas de gas que ahora pasaremos a detallar.

Calderas de gas estancas

Una caldera estanca es aquella que quema el combustible en una cámara sellada herméticamente. Se trata de uno de los tipos de calderas de gas más seguros, ya que la llama que hay en el interior del aparato nunca llega a entrar en contacto con el aire presente en la habitación.

El oxígeno necesario para la combustión es cogido a través de un ventilador que permite entrar el aire en la caldera mediante un tubo, que finalmente expulsa el humo derivado de la combustión.

La instalación de calderas estancas es cada vez menos habitual, ya que se está dando mayor protagonismo a otros tipos de calderas de gas, como las de condensación.

Calderas de gas de bajo NOx

Se trata de calderas estancas que emiten bajas cantidades de gases NOx (dióxido de nitrógeno y óxido nítrico). Estas calderas son denominadas de bajo NOx porque han conseguido reducir la emisión de estos gases y cumplir con los requisitos que la Unión Europea exige.

Al igual que las calderas estancas tradicionales, este tipo de caldera cuenta con una cámara cerrada donde se desarrolla la combustión. Sin embargo, estas calderas cuentan con un quemador que se refrigera mediante tubos de agua, rebajando la temperatura y reduciendo las emisiones de gases contaminantes.

La venta de calderas de bajo NOx está muy limitada. Actualmente, solo se permite la venta de calderas clase 6 con un límite de emisiones de 56 mg/kWh.

Calderas de gas atmosféricas

Este tipo de calderas fue muy popular en el pasado, siendo la principal fuente que tenían las familias y los comercios de calefacción. Sin embargo, estas calderas fueron perdiendo protagonismo con la llegada de las calderas estancas y las de condensación.

Estas calderas toman el aire de la habitación para realizar la combustión. Esto implica que el lugar debe estar ventilado y que la quema de combustible será menos eficiente, agravando la contaminación. Además, al no estar sellada la cámara, se pueden escapar gases tóxicos que afecten a las personas.

Actualmente, el uso doméstico de estos tipos de calderas de gas está prohibido desde hace más de una década y su fabricación desde hace nueve años. Si una familia dispone de esta caldera en su vivienda desde antes de la normativa, no está obligada a cambiarla, pero es muy recomendable.

Calderas de gas de condensación

Es la caldera de gas más respetuosa con el medio ambiente y la única que está permitida su fabricación. Estas calderas aprovechan el calor latente de la condensación del vapor de agua que hay en los humos de combustión. De esta forma, este calor calienta el agua que entra en la caldera, reduciendo la energía necesaria para el funcionamiento y mejorando la eficiencia de la caldera.

Este tipo de calderas tienen una serie de ventajas que las llevan a convertirse en la opción predominante en el mercado. Primeramente, permiten ahorrar más en la factura de gas, ya que se necesita menos combustión de gas para calentar. En segundo lugar, son más eficientes al aprovechar mejor el calor derivado de la condensación. Y, por último, son más respetuosas con el medio ambiente al usar menos combustible y emitir menos gases contaminantes.

¿Qué debes considerar antes de elegir tu caldera?

Ahora ya conoces los diferentes tipos de calderas de gas existentes y sus características. Sin embargo, antes de escoger una opción, debes considerar ciertos aspectos fundamentales:

  • Tamaño de tu vivienda: Es un factor muy relevante, ya que esto determinará la potencia que necesites. Si tu casa es grande o vives en zonas muy frías, necesitarás una potencia mayor.
  • Diseño de la caldera: Las calderas pueden ser de suelo o murales. Las de suelo tienen una potencia mayor, pero las murales son las más habituales, puesto que se pueden instalar en la pared de tu casa. Las murales son muy recomendables si tu vivienda no tiene un gran tamaño.
  • Funcionamiento de la caldera: En este caso, debes considerar si prefieres una caldera instantánea, es decir, que calienta el agua mientras esta circula, o bien, una caldera de acumulación, que acumula el agua caliente en un termo para después poder consumirla.

Si estás considerando cambiar tu caldera, en D-Gas te asesoramos. Somos especialistas en instalación de calderas y te ayudaremos a elegir la que mejor se adapte a tus necesidades. Ante cualquier consulta sobre tipos de calderas de gas, no dudes en contactarnos.